Timbre. Mochilas. Libros de texto. Madrugones… Efectivamente, es lo que estáis pensando. Septiembre ha llegado y los colegios abren sus puertas para que comience un nuevo curso. Unos lo afrontan con más alegría y otros con más resignación, pero la realidad es que la población de nuestro país pasa muchas horas en diferentes centros de enseñanza.
Son muchos los estudios que resaltan el confort en los espacios como algo fundamental para conseguir un correcto aprendizaje, Un buen ambiente en los centros docentes favorece la concentración y facilita la comunicación. Un buen ambiente en centros docentes favorece la concentración y facilitan la comunicación. Además, tiene un efecto positivo sobre la interacción social y comportamiento de las personas dentro de dichos edificios. Una mala calidad del aire interior, temperaturas inadecuadas o ciertos niveles de ruidos pueden tener consecuencias no sólo para el desarrollo intelectual, sino también para la salud.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no meramente la ausencia de malestar o enfermedad. Por eso es tan importante que los centros educativos sean edificios no sólo respetuosos y positivos para el medio ambiente, sino también para todas las personas que pasan tiempo en allí: que combine los máximos niveles de rendimiento térmico con un excelente confort acústico y visual, magnífica calidad de aire interior y excepcional eficiencia energética.
Aprender es más efectivo y menos agotador cuando los alumnos pueden escuchar y entender cómodamente. Las personas que reciben un mayor porcentaje de luz natural durante las horas laborales o escolares duermen una media de 46 minutos más que las personas que no tienen luz natural en sus trabajos y hogares y esto se traduce en una mayor vitalidad. El absentismo es menor en aquellos edificios con buena calidad de aire interior.
Por otra parte, la concienciación sobre la necesidad del ahorro energético empieza en los centros educativos. Por eso, para mantener la coherencia entre su discurso y sus actuaciones, estas instituciones tienen que tratar de reducir el consumo de sus instalaciones. Un adecuado aislamiento permitirá reducir en hasta un 90% la factura energética asociada a la explotación de este tipo de edificios lo que se ve reflejado en el consiguiente ahorro económico.
Su razón de ser hace de las escuelas edificios con una serie de necesidades diferentes a las que puedan tener otros inmuebles y para satisfacerlas no se puede socavar el bienestar de sus usuarios. Construir centros con las máximas prestaciones y resultados óptimos es posible siguiendo los criterios Multi-Comfort que marca el Grupo Saint-Gobain y los legislativos que marca el CTE. Por eso, en Isover hemos recogido las mejores soluciones de aislamiento para este tipo de espacios en la guía ‘Soluciones de Aislamiento en el Sector Educativo – obra nueva y rehabilitación’.
Enlaces de interés
- Libro de Obras ISOVER (Educación e Investigación)
- Soluciones de Aislamiento ISOVER en el Sector Educativo Obra Nueva y Rehabilitación