De hace un tiempo a esta parte, cada vez son más los ciudadanos que en el momento de hacer una reforma en su vivienda, se plantean que mejoras energéticas pueden llevar a cabo. Son varios los factores que influyen en la toma de decisiones sobre una obra doméstica, como por ejemplo el presupuesto, el tiempo de ejecución o el conocimiento de soluciones por parte del reformista. Lo cierto es que la persona que va a acometer la obra en la vivienda, nos puede influir de manera positiva en la dirección en la que debemos encaminar el proceso, si bien es importante conocer previamente cuales son las posibilidades con las que contamos para adecuar la vivienda a los objetivos que buscamos.
Una buena reforma comienza por el aislamiento. Un buen aislamiento incrementa el confort en la vivienda y disminuye la factura energética de nuestra casa, por tanto es uno de los puntos fundamentales que tendremos que valorar antes de comenzar cualquier obra. Aunque pueda parecer que la instalación de un buen aislamiento podría encarecer bastante la reforma, la verdad es que supone un incremento realmente pequeño en el cómputo de la obra, y nos reporta un ahorro desde el primer minuto. También el aislamiento frente al ruido es otra de las ventajas inmediatas que tendremos, y así podemos evitar tanto el ruido exterior como el provocado por las viviendas colindantes.
En definitiva, antes de comenzar cualquier tipo de reforma, sería interesante valorar que posibilidades nos encontramos y sobre todo recurrir a profesionales cualificados, que nos puedan guiar hacia una rehabilitación eficiente y así, conseguir tanto la mejora estética de la vivienda como la mejora energética.
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