La energía es vital para gran parte de las actividades humanas. Lamentablemente, los recursos de los que surgen los combustibles fósiles se agotan y su combustión es una de las principales causantes del cambio climático. Todo ello nos lleva a una misma conclusión: debemos comportarnos de un modo más sostenible.
En un edificio se consume mucha energía, por ejemplo, en calefacción y aire acondicionado, agua caliente, luz, funcionamiento de diferentes aparatos… Con un aislamiento adecuado no sólo conseguiremos aumentar el confort, sino que además reduciremos el consumo energético, y por tanto, las emisiones de CO2 y el importa de la factura.
Al mismo tiempo, las tecnologías de la información y de la comunicación se han vuelto indispensables y también generan impactos en el medioambiente. Por ejemplo, los centros de tratamiento de datos consumen un 1.5% de la electricidad mundial, el equivalente a la producción de 30 centrales nucleares. Pero el ahorro y el consumo controlado de energía no sólo es algo que puede tratarse de manera global. También podemos llevar a cabo acciones individuales.
Sin ir más lejos, el consumo de luz puede disminuirse con acciones sencillas y cotidianas como tratar de aprovechar al máximo la luz natural, despejando las ventanas y apagando la luz artificial cuando la luz natural resulte suficiente para iluminar un espacio. Los detectores de presencia conectados al sistema de iluminación también reducen el consumo.
Lo mismo ocurre con la climatización: el aire acondicionado y la calefacción suponen un 50% del gasto energético de los edificios. Entre las acciones diarias que cada uno de nosotros podemos realizar para ahorrar energía en este ámbito están mantener limpios los aparatos de aire, cerrar las puertas o vestir de acuerdo a la época del año. Además, la diferencia de un grado en la temperatura es muy relevante: por ejemplo, pasar de 23 a 22 grados supone un 7% menos de consumo energético.
Otro gran emisor de gases de efecto invernadero es el transporte. Por eso te recomendamos ir en transporte público o andando a la oficina. ¿Sabías que la conducción agresiva en una ciudad aumenta un 40% el consumo de carburante? Las iniciativas de economía colaborativa relacionadas con el uso de un mismo vehículo también son una muy buena alternativa para cuidar el medioambiente.
Coge el ascensor para subir uno o dos pisos y gastarás 7 veces más calorías.
¿Y qué hay de la generación de residuos? Durante un año, un empleado de oficina genera entre 120 y 140kg de desperdicios, la mayoría de ellos relacionados con el uso de papel. Por ejemplo, los vasos de usar y tirar suponen 5kg de los residuos que genera una persona al año. Es importante reciclar, no sólo separando el vidrio, cartón o plástico, también tirando las pilas o las bombillas en contenedores específicos. Paradójicamente, el desarrollo digital no ha conllevado la disminución del consumo de papel. 1 de cada 4 documentos se tiran cinco minutos después de ser impresos y el 16% de las cosas que se imprimen nunca llegan a leerse.
¿Qué acciones desarrollas en tu día a día que ayuden a ser más sostenibles y a cuidar el planeta? Deja un comentario y cuéntanoslo.
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