La ECO-INNOVACIÓN es algo que afecta a todas las empresas, con independencia de su tamaño y del país y el sector en el que operen.
Hoy en día, las empresas se mueven en un mercado cada vez más complejo donde la competencia cada vez es más feroz. Además, los clientes cada vez están más sensibilizados sobre la importancia de la sostenibilidad y son más conscientes de que tienen en sus manos el poder y, por tanto, la responsabilidad de hacer un mundo mejor. Por su parte, los gobiernos y organismos públicos promulgan cada vez más leyes encaminadas a conseguir la eficiencia energética y a luchar contra el cambio climático.
Todo ello, unido a la escasez de los recursos, cada vez más próximos a agotarse obligan a las corporaciones a ECO-INNOVAR. Pero ¿qué es la ECO-INNOVACIÓN? Se trata de buscar el cambio de patrones de consumo y producción mediante el uso de tecnologías, productos y servicios que reduzcan nuestro impacto en el medioambiente. Negocio e innovación se unen para crear soluciones sostenibles que hagan un mejor uso de los recursos y reduzcan los efectos secundarios negativos de la actividad empresarial al mismo tiempo que hacen crecer los beneficios económicos y las ventajas competitivas.
En este sentido, para ECO-INNOVAR sólo es necesario cumplir un requisito: ser capaz de reconocer la importancia de los retos que la sostenibilidad plantea para su sector a largo plazo, y estar dispuesta a tomar medidas para convertir estos retos en oportunidades. Un modelo de negocio ECO-INNOVADOR es aquel que además de tener un componente novedoso genera un valor medioambiental y puede hacerlo de diversas formas como sustituyendo las materias primas por material reciclado o infrautilizado, desarrollando un sistema de Economía Circular, llevando a cabo procesos de producción más sostenibles utilizando energías verdes en los procesos o promoviendo el consumo responsable.
La ECO-INNOVACIÓN es el elemento fundamental para dinamizar la economía baja en carbono. Muchas empresas intentan llevar a cabo estrategias colaborativas en las que estén involucrados varios agentes de la cadena de valor para conseguir mayores reducciones de emisiones e incentivar la colaboración de los proveedores para hacer tracción en toda su cadena de suministro.
En ISOVER también apostamos por la ECO-INNOVACIÓN. Un ejemplo de ello es trabajar con nuestras lanas minerales para conseguir que sean más compactas. Así, podemos reducir el espacio de transporte y las emisiones que conlleva.