El sector de la edificación debe reconocer su responsabilidad e influencia en el calentamiento global y en la preservación de los valiosos recursos energéticos.
Los edificios generan impactos ambientales a lo largo de todas las etapas de su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas de los materiales hasta el transporte de las mismas, pasando por los aspectos ambientales asociados al proceso productivo de los materiales, el transporte de estos materiales a la obra, el uso y el mantenimiento del edificio construido y, finalmente, su demolición y gestión de los residuos producidos.
La aplicación de esta filosofía basada en el enfoque del ciclo de vida de un edificio, permite identificar, desde la fase de diseño, soluciones constructivas que minimicen los impactos del edificio a lo largo de todas las etapas de su existencia. Sólo a través de este análisis se puede conseguir una mejora rigurosa del desempeño ambiental.
Todos los productos de construcción, sistemas o edificios, generan un impacto ambiental que es la suma de valores de los diferentes factores ambientales, los cuales deben integrarse en el contenido de la Declaración Ambiental de Producto (DAP). Concretamente, las declaraciones ambientales tipo III se basan en una verificación independiente de los datos de análisis del ciclo de vida en las que se reflejan los distintos indicadores ambientales para las diferentes categorías de impacto: calentamiento global, reducción de la capa de ozono, acidificación, eutrofización, formación fotoquímica de ozono y agotamiento de los recursos abióticos.
1. Producción: desde la extracción de las materias primas hasta la obtención de los productos terminados
2. Transporte: desde la fabricación hasta el lugar de construcción
3. Instalación en el lugar
4. Uso del edificio: 50 años
5. Fin de vida del edificio: demolición y reciclado
Mientras que las prácticas constructivas estándares están guiadas por consideraciones económicas a corto plazo, la Construcción Sostenible se basa en las mejores prácticas que aúnen calidad y eficacia a largo plazo a un coste asumible, teniendo un especial respeto y compromiso con el medio ambiente. En cada etapa del Ciclo de Vida del edificio, se puede aumentar el confort y la calidad de vida, mientras que se disminuye el impacto en el medio ambiente y se aumenta la sostenibilidad económica del proyecto.
Un edificio diseñado y construido de una manera sostenible reduce al mínimo el uso de agua, materias primas, energía, etc. a lo largo del Ciclo de Vida completo del edificio.
ISOVER se compromete con la sociedad, dando respuesta a las diferentes inquietudes que surgen en la edificación y aportando soluciones y servicios en lo que a aislamiento se refiere. Pero también se compromete con el medio ambiente y la sostenibilidad, como prueba el hecho de que la mayor parte de nuestros productos disponen de la máxima clasificación de sostenibilidad a través de las Declaraciones Ambientales de Producto tipo III verificadas por una tercera parte independiente. Por eso, además de haber conseguido obtener la publicación de DAPs según ‘The International EPD® System’ con reciprocidad AENOR Global EPD, programas de Declaraciones Ambientales de Producto con mayor prestigio y difusión en la comunidad científica internacional, cuenta con un Manual de Sostenibilidad donde se recoge la principal normativa que existe en la actualidad al respecto y que incluye una guía práctica para la interpretación de las Declaraciones Ambientales de Producto basadas en dicha normativa.
Las Declaraciones Ambientales de Producto también realizan una importante labor de comunicación ambiental. Profundizamos sobre ese tema en otra entrada de este blog que os animamos a leer si aún no lo habéis hecho.
¿Qué opináis de las Declaraciones Ambientales de Producto? ¿Os parecen un instrumento de medida adecuado? ¿Tendréis en cuanta este tipo de certificaciones antes de adquirir algún material?
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